El creacionismo en las escuelas "puede ser una amenaza para los derechos humanos
Así reza la sorprendente declaración de la Asamblea Parla-mentaria del Consejo de Europa del 4 de octubre pasado.
Siempre las Iglesias cristianas en general predicaron el creacionismo bíblico y su deseo de ser enseñado en las escuelas amparadas en el pluralismo religioso que tanto costo elaborar. Pero será ahora, como diría Bertolt Brecht, que igual vienen por ellas?

Un miembro de la Academia Nacional de la Ciencia del Reino Unido ha pedido a los profesores británicos a explicar el creacionismo en clases y a presentarlo como una "idea sobre el mundo" no aceptada por la comunidad científica y no como una "teoría errónea". Michael Reiss, director de educación de la prestigiosa institución a la que perteneció en su día Charles Darwin, sostuvo que es contraproducente desterrar de esas clases las teorías alternativas sobre el origen de la vida y del universo sólo porque no tienen base científica. Reiss es biólogo y pastor de la Iglesia Anglicana, afirmó que con esa exclusión sólo se consigue que muchos niños, proce- dentes de familias religiosas, cristianas o musulmanas, se alejen de la ciencia.
Reiss explicó que la teoría de la evolución y la selección natural no funcio-naba en muchos casos y sostuvo que se contentaría ahora simplemente con que los niños entendiesen (la evolución) como una forma más de compren-der el universo", dijo el científico y religioso, quien afirma que los profeso-res de ciencias no deberían ver en el creacionismo una "idea errónea", sino una visión del mundo alternativa.
Las palabras de Reiss tuvieron una respuesta inmediata por parte de desta-cados miembros de la comunidad científica. "El creacionismo se basa en la fe y no tiene nada que ver con la ciencia, por lo que no tiene cabida en las clases de ciencia", criticó el profesor Lewis Wolpert, biólogo del University College, de Londres.

El creacionismo es un movimiento anticientífico de inspiración religiosa según el cual los contenidos educativos sobre biología evolutiva han de sustituirse, o al menos contrarrestarse, con sus creencias y mitos religiosos o con la creación de los seres vivos por parte de un ser inteligente.
John Fry, físico de la Universidad de Liverpool, afirmó que las clases de ciencia "no son el lugar más apropiado para discutir el creacionismo, que es una teoría sobre el mundo que se opone a cualquier demostración cien-tífica". "El creacionismo no desafía intelectualmente a la ciencia, sino que la niega sin más", dijo Fry.
Los sindicatos de profesores rechazaron también la propuesta de incluir el creacionismo en las clases de ciencia. "Es algo generalmente aceptado que el creacionismo es más bien un sistema de creencias que una ciencia", dijo Martin Ward, secretario general adjunto de la Asociación de Directores de Colegios.
"Es perfectamente aceptable que en las escuelas se discuta el creacionismo siempre y cuando se haga en las clases de educación religiosa" y no en las de ciencia, agregó Ward.
De acuerdo con las directrices educativas fijadas por el Gobierno, el crea-cionismo no debe discutirse en las clases de ciencia. La Asamblea Parla-mentaria del Consejo de Europa aprobó el pasado 4 de octubre una reso-lución que advierte de que la enseñanza del creacionismo en las escuelas "puede ser una amenaza para los derechos humanos", una de las máximas preocupaciones de esta organización.
Una enmienda presentada por conservadores británicos y liberales intentó, sin éxito, eliminar de la resolución el párrafo que hacía referencia al peligro del creacionismo.
Si los alumnos suscitan el tema, los profesores deberían explicar en qué difiere el creacionismo de la teoría de la evolución y argumentar que no es una teoría científica, por lo que cualquier debate al respecto debería produ-cirse siempre en las clases de religión.

Fuente El País. España

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