editorial

OSVALDO DANIEL OTERO

Ha partido Osvaldo Daniel Otero.
Desde un principio, cuando visitaba nuestras Iglesias

contándonos la obra extensa y continuada en el tiempo

de Meditaciones Cristianas en la Radio y en la Televisión ,

predicando el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, le

admiré como lo han admirado tantas personas que lo han

frecuentado al gozar de su generosidad y de su inteligencia

y de esa manera integra, y cáli-da de entregarse a la amistad

y de enriquecer la vida de quienes se le acer-caron.

En esos treinta y cinco años de amistad entrecruzados con

las Reuniones mensuales de la Comisión de Conferencias

de Buenos Aires y Alrededores, con aquellas largas reunio-

nes de FEMA, nuestro fondo misionero, que actualmente

presidía, de diálogos y conclusiones con gracia, bondades
y a veces experiencias difíciles en la Obra, siempre nos dejó

sentir que era siempre un ser ajeno a la maldad, a toda mez-

quindad e incluso a esas miserias que resultan de la vanidad,

el egoísmo y demás superficialida-
des de la condición humana.

Estoy seguro de no haberle escuchado palabra sobre su

propio éxito, y en cambio cuando le preguntaban sobre si,

escabullirse con palabras esquivas y cambiar rapidamente

de conversación como si hubiere una parquedad glacial

sobre si mismo. Presidía actualmente y también con todas

sus fuerzas FICEA, aquella FEDERACION DE IGLESIAS e

INSTITU-CIONES a la que había contribuido a fundar y a

la que perteneció siempre siendo miembro también del

Comité Internacional de las Asambleas de los Hermanos

durante el periodo 1997- 2000 junto al autor de esta nota.

OSVALDO, para aquellos que lo conocemos ha resistido

la adversidad y las pruebas que ha pasado en su vida con

una elegancia natural, hacién- donos sentir que su destino

no es sino de inevitable grandeza, de una vida afrontada

con gran un gran sentido positivo, con natural elegancia

y con temple de hierro con muchas veces lo demostró,

atravesando a veces las vicisitudes mas duras , integridad

ante las vilezas y ruindades de éste mundo.

Como siempre conquistando dentro y fuera de la obra

amistades, la admiración que merecia, buscando sus

consejos, y su amistad, dando fuerzas a otros para

soportar la existencia.

Para aquel a quien reconocemos toda la Inmensa sabiduría ,

talento y humanidad generosa que ha contagiado a su

alrededor, aquella de hacernos sentir feliz , sentir que

estábamos vivos entre los seres mas vivos que tiene la

existencia que son los hermanos en Cristo y que su vida

nos ayudaba a vivir.

Por todo eso agradecemos a Nuestro Señor el privilegio

de haber tenido en éste mundo a un siervo, a un hermano

y a un amigo como OSVALDO fiel, infatigable, cariñoso, que

dejó en el mundo un digno servicio a nuestro Señor.

Le vamos a recordar en sus múltiples facetas como Pastor,

como Predicador del evangelio desde aquellos pioneros

programas de la televisión argentina, como compañero de

trabajo en tantas comisiones de las Asambleas de los Hemanos

pero sobre todo como amigo.

Como dice San Pablo en la primera carta a Timoteo (1er Timoteo

1-8) “ha peleado la buena batalla, ha acabado la carrera, ha

guardado la fe. Por lo demás le está guardada la corona de

justicia y no solo a el sino a todos los que aman su venida” .

Sus últimos momentos me recuerdan las palabras de Hechos

20 - 24 “pero de ninguna manera hago caso ni estimo preciosa

mi vida, con tal que acabe mi carrera con gozo y el ministerio

que recibí del Señor Jesús para dar testi monio del evangelio

de la gracia de Dios” Como consuelo y aliento a los que le

apreciábamos hacemos nuestras las Palabras del Libro de

Apocalisis ( 14 :13): Oí una voz que desde el Cielo me decía:

escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los

muertos que mueren en el Señor. Si, dice el Espíritu,

descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos

siguen”.

Esta noche, lunes 17 de noviembre de 2.008 habrá una

REUNION de Recordación de nuestro Hermano en la IGLESIA

TRANSPARENTE, Tinogasta esq. Irigoyen , Barrio de Villa Real,

Capital Federal a las 21 horas.

DR RICARDO DOCAMPO