LOS CRISTIANOS Y LA POLITICA

  LOS CRISTIANOS Y LA POLITICA

Recordamos a Pablo en aquellas palabras de Nuestro Dios en Hechos 9:15,16 .  Pablo  predica   no solo el "Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo"  sino también  todo el "Consejo de Dios" a los reyes, o sea a las autoridades.  Dios mismo pide llevar Su Nombre a las autoridades. Y llevar su nombre, como instrumento escogido , no es llevar solo la salvación, el Evangelio, sino todo el consejo de Dios , estos es sus valores, sus principios, sus normas, su doctrina.

Dice la Biblia :  Y me seréis testigos (leáse  mártires - Hechos:1-8) Por eso El Señor le dijo a Ananías: "Ve, porque instrumento escogido me es Pablo para llevar Mi Nombre en presencia de los gentiles y de Re-yes y de los Hijos de Israel, porque yo le mostrare cuanto le es nece-sario padecer por mi nombre. (Hechos 9.15,16)

Argentina necesita mantener sus valores cristianos  - que aún quedan - aquellos que invocan a Dios, su protección,  su fuente de toda razón y su fuente de  justicia y no tener miedo de mancharse las manos en la promoción valiente del bien común.

La Biblia nos enseña que Dios envió a Pablo a las autoridades para llevar su Nombre por lo que no podemos concebir a nuestra  sociedad sin el mensaje emancipador de Jesucristo pues nuestras aspiraciones deben apuntar muy alto. Y esa altura  significa  "colocar a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas” para lo cual nosotros creemos que los cristianos debemos hacer en la participación pública nuestra propia propuesta política.

Por eso pensamos que ha llegado el momento de refundar  y ampliar la democracia, de integrar a los marginados y a los olvidados de siempre, de garantizar la vida, de distribuir la riqueza y  de reconocer méritos  y capacidades renaciendo así nuestra idea demócrata y cristiana  de “construir la civilización del amor, del perdón  y de la reconciliación".

Como demócratas y cristianos debemos promover la sencillez y la austeridad, la igualdad  para hacer posible la libertad y la igualdad (en especial la  libertad e igualdad religiosa, la autonomía y la cooperación  (léase participación), la plenitud de los derechos  y libertades. Y la paz en la tierra. Para todos los pueblos, para la unidad, para la integración.

Como muchos que donaron sus propias vidas - como tantas veces se exige a los cristianos -  decimos que a éstos les aguarda un compromiso público recordando que la democracia no sólo es la mera aplicación de las reglas de la mayoría sino la gran plaza pública de la opinión pública, de la creencia compartida  y de la convicción que acude al encuentro de las ideas.

Los cristianos deben encarar un vida de amor, de coherencia, de pie-dad y de firmeza e integridad en las convicciones. Una  vida política  que no albergue  la explotación del hombre por el hombre ni  la inacción frente al sufrimiento y a la pobreza y si proponga un Estado para todos los seres humanos con todos sus derechos sociales y políticos.

Tal vez el aporte futuro de millones de evangélicos en Argentina – que se está gestando  - se encarne en futuros líderes, algunos de los cuales  ya están en la arena política y que esperamos no se echen atrás por perder tal vez sus primeras batallas -  que acudan al escenario político y hagan una decisiva contribución a la Argentina del futuro y  que éstos líderes  puedan explicar la virtud de ser cristiano en el mundo y la necesidad de ofrecer alternativas en Cristo a los pobres de espíritu y a los más necesitados, 

Y la pregunta que muchos se hacen todavía es si un cristiano – recordamos que en las últimas elecciones hubo una más nutrida participación evangélica -  debería o no tener miedo de mancharse las manos en la promoción valiente del bien común en la participación pública

DR. RICARDO DOCAMPO.

 

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